Es un encuentro donde
está permitido “no saber “ “equivocarse “y “hablar de nuestros éxitos”.
La
consigna de la hora sagrada , es traer al encuentro dos cosas :
1-Interés
por algún tema que consideramos que aún no lo sabemos , no lo manejamos , no lo desarrollamos con pericia , y nos equivocamos . Traer
preguntas, dudas , cuestionamientos sin
respuesta .
2-Traer un logro
personal, académico, social, deportivo. Poder compartir algo que hicimos lo
suficientemente bien con el grupo .
El”
yo puedo”, es el gran motivador de la humanidad, sin este sentimiento es muy difícil aprender, emprender y
atreverse en la vida misma.
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La cláusula es que en
este espacio todos no sabemos de algo , todos nos equivocamos , los errores no son
solo nuestros o siempre de las mismas personas , por esto es que aquí la regla
es no saber .
Todos podemos preguntar sin temor a quedar
expuestos como ignorantes, o ser discriminados .
La idea es romper con la cultura escolar del saber.
Aquí ni el docente , ni sus
alumnos saben . Por otro lado aquí en la hora sagrada, todos pueden hablar de
logros , de sus éxitos sin temor a
sentirse vanidosos .
Para hacerlo las
aulas cuentas con murales de logros
, donde los alumnos pegan un
dibujo, sticker, un símbolo, palabras que representen sus logros . El mural
busca dejar expuesto los logros de todos
y cada uno de los alumnos, enseña a visualizarlos y a llevar la cuenta de los aciertos para que los alumnos sepan que pueden.
El” yo pude con esto , es el gran
motivador de la humanidad, sin este sentimiento
es muy difícil aprender, emprender y atreverse en la vida misma.
También
crean el mural de “Esto aún no lo sé “ ,
donde los alumnos experimentan el
sentimiento real y concreto ,de que el
no saber , el equivocarme , el errar
es propio de la persona que
aprende y necesario para avanzar .
Vivenciar que el error no es
castigado ni penalizado dentro de la
escuela, es una experiencia
liberadora que rara vez sienten los niños en su
vida escolar.
En la hora sagrada el error es valorado como parte del proceso de aprendizaje
y considerado como el único generador de
mejoras.
Los trastornos de ansiedad infantil han
aumentado drásticamente esta última década. Frente a las evaluaciones los
niveles de ansiedad aumentan
hasta generar trastornos somáticos como dolores de cabeza, estomago,
insomnio y fatiga crónica en la
población estudiantil . El miedo a fracasar en la escuela es un gran freno de
mano para el aprendizaje . Muchos alumnos
en escuelas de todo el mundo , al toparse con un nuevo desafío
académico, deportivo o social , se retraen asustados envueltos en el miedo que
siente todo niño que perdió contacto con
su fortaleza interior , con su
confianza, fortalezas y logros . Y así encontramos en las escuelas alumnos
asustados, no por lo que son en realidad
sino por la idea limitada acerca de si
mismos que han construido , una idea basada solamente en lo que no son
suficientemente buenos , en lo que les falta lograr . Es hora de
darles la oportunidad de conectarse con su fortaleza interior, cultivar
su confianza y conocer sus logros. Es
hora de ayudarlos a creer en si mismos.
La hora sagrada es una estrategia pedagógica holistica que ayuda a los niños a recuperar el contacto con su fortaleza
interior.
Los
maestros enseñamos “con las puertas
cerradas”, sin que nadie nos vea actuar, nadie nos escuche y nadie nos sienta, a
no ser los alumnos. Con este estilo de
puertas cerradas ¿Quién nos va a conocer y ayudar? Y cuando nos reunimos en la sala de
maestros raramente hablamos de nosotros; hablamos de los alumnos, y sobre todo
de los que dan problemas.
Tenemos que hablar de nosotros, ayudarnos, exponer
nuestras dudas, nuestros éxitos y también nuestros fracasos abiertamente a
nuestros pares. Allí reside el poder de evolucionar y crecer como educador .Al hacerlo, al
abrirnos a nuestros pares, recuperamos la sensación de que no estamos solos , y
que los errores no son solo nuestros , al compartirlos podemos hacer lo que
nosotros les pedimos a nuestros alumnos, ¿qué? Aprender de ellos. Para mejorar
necesito aprender de los errores, ellos actúan como una catapulta a la mejora
continua. Pero si los escondemos, no podremos aprender de ellos. Si no conversamos
de nuestras dudas, sino mostramos nuestra vulnerabilidad nadie podrá ayudarnos,
ni enriquecernos.
Compartir
nuestros éxitos y logros con
pares es otra tarea pendiente para los maestros. Existe el temor a que si
cuento algo que funciono pueda parecer una
persona arrogante, entonces envueltos en
ese sentimiento de “humildad”
callamos nuestros éxitos, y al
hacerlo quitamos la posibilidad que estos se puedan compartir, celebrar,
potenciar y replicar. Empequeñecernos
para no opacar al resto no es una buena idea si queremos mejorar y ayudar a
otros a hacerlo.
“Animarse a contar y
compartir logros es dejar de EMPEQUEÑECER-NOS .HACERLO no ayuda al mundo, no hay nada
inteligente en encogerse para que otros no se sientan inseguros a nuestro
alrededor. Todos deberíamos brillar y todos podemos hacerlo”
|
Porque nos cuesta tanto hacerlo? Porque
no nos han enseñado a trabajar con las puertas abiertas, es decir mostrando y
compartiendo lo que hacemos, lo que funciona genial y lo que aún no funciona
como nos gustaría. Tememos a quedar expuestos
y tememos ser juzgados o criticados.
Por estos motivos es que la hora
sagrada se inicia primero con el equipo docente , para que puedan vivenciar
esta experiencia maravillosa de sentirse
valorados y apreciados sin necesidad de aparentar saberlo todo, hacerlo todo
bien o callar las pequeñas victorias
áulicas .
El Dr. Mario Alonso Puig ,
neurocientifico español nos dice que la
ciencia ha demostrado que las personas que se detienen tan solo 15 minutos del
día a parar, compartir logros con sus pares
y agradecer lo que están logrando , aumentan de manera drástica la capacidad
del sistema inmunológico para hacer frente a enfermedades como virus, bacterias
y tumores . Las personas que hacen esto, cultivan emociones positivas como la
alegría y la gratitud, dos cimientos de la fortaleza interior. Los educadores
que han comenzado a compartir la hora
sagrada , un encuentro donde se
comparten los logros y se invita a pedir
ayuda para iluminar nuestras áreas que aún están en sombra , mejoraron
notablemente su autoestima ,la
calidad de su enseñanza , el vínculo afectivo con sus alumnos y
disminuyeron las ausencias por enfermedad , sobretodo migrañas, contracturas , afecciones de voz y garganta. Cultivar en
nuestro corazón la alegría y gratitud es
comenzar a contagiar a los niños emociones luminosas que encienden la
motivación y el deseo de atreverse.
Por eso te propongo que nos
animemos a crear en nuestra escuela la
hora sagrada , donde esté permitido no saber , pedir ayuda y compartir logros . En la hora sagrada hablamos de nosotros
mismos, de nuestras fortalezas y logros
, y también de nuestros errores donde los compartimos en confianza y
respeto con los pares .Al hablar de nuestros errores dejamos de esconderlos y de temerles. El temor a equivocarme pierde
fuerza como lo hace todo miedo al sacarlo de nuestra mente y corazón. .Al hablar de logros y errores, estamos entrando en una nueva zona,
desconocida a la que llamo la zona de coraje. Donde nos atrevemos a
hacernos nuevas preguntas que aún no tenemos respuestas, y nos animamos a buscarlas junto a otros .Cuando nos
animamos a conversar de nuestros éxitos
y nuestros errores, estamos saliendo de
un lugar seguro y conocido, estamos
enfrentando miedos, y al hacerlo estamos evolucionando y entregándonos a la misión de enseñar .En la zona de confort
no podemos mejorar ni evolucionar, en la zona de coraje sí. Allí es donde nos sucederán las experiencias
más maravillosas.
La hora sagrada es una
experiencia que te invita a hacerlo, pruébalo.
Mariana de Anquin
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