Soltar los malditos veredictos
Cuando los diagnósticos, informes y
opiniones solo ven carencias en el niño.
“Nunca
podrá leer bien y fluido “,“ “Su impulsividad es imposible de manejar “,
“No podrá aprender como los demás “,“Es
imposible que se concentre “”Su trastorno no se cura, solo se trata” “Difícilmente
podrá hablar bien” ”No tenemos vacantes para niños con problemas y es muy difícil
que encuentre en otras instituciones “Tiene un problema emocional que lo acompañara siempre”
Los veredictos son opiniones
expresadas como certezas que determinan un pronóstico negativo y fatalista acerca de la situación
del niño. Considero que los veredictos y
también algunos malos diagnósticos
centrados únicamente en lo que el niño
aún no logra hacer, solo nos sirven para hacer una cosa: Soltarlos.
Muchas personas nos lanzan su opinión
sin reparar que cuando se trata de
nuestro niño, el que escucha es nuestro corazón, no nuestros oídos. Ellos han
olvidado el poder que tiene su lenguaje para mover emociones y alterar nuestra
esperanza. Ese olvido hace que nos expresen sus “veredictos “, con un lenguaje
negativo, trágico y decisivo. Ellos son solo
personas olvidadizas .No recuerdan que
ver a nuestro niño atravesar una dificultad,
nos vuelve muy vulnerables .Pero tu recuerda que ellos Ignoran el poder del
amor de una familia para hacer frente a una dificultad.
Los veredictos, vienen en diferentes formatos .A veces son diagnósticos
e informes de profesionales que en nombre de la ciencia y/o educación expresan
sentencias .Recuerda que son simples puntos de vista, son miradas,
interpretaciones de datos, de test, de estudios. Y estos datos son una foto de lo que el niño
pudo hacer hoy, aquí y ahora. Es una foto de donde estaba la mente, las ganas,
las emociones del niño en el momento de su evaluación. Ese veredicto no es tu niño,
es una mirada negativa de un aspecto de él. Nada más que eso. No representan
una condena. Es solo lo que el niño mostró o pudo hacer en ese preciso momento.
A veces los veredictos vienen en forma de opiniones de personas, amigos, familiares maestros o profesionales que pueden tener mucha experiencia,
conocer muy bien su especialidad pero no
conocen al niño entero. Solo vieron sus limitaciones, tú tienes que recordar
que tu niño no es sus limitaciones. Ellos no repararon en el poder de sus
fortalezas, en la fuerza de su corazón,
en la potencia de su mente y la
plasticidad aun desconocida de su maravilloso cerebro. Tu niño no es sus limitaciones.
Ellos tampoco vieron tu cansancio mental, tus esfuerzos, tu tesón, tu largo
camino recorrido, tus plegarias, tus angustias, tu llanto a escondidas. Es por
ello que los veredictos te lastiman, duelen.
Son dardos de incomprensión que dan en nuestro corazón. Pero tú tienes que
saber que lo que dicen, no tienes porque
llevártelo contigo. No tienes que cargar con ellos. Déjalos allí mismo. Cuando notes que esos veredictos te pesan, que tus pensamientos fluyen desordenados,
y tus emociones se agitan, es que tienes que dejarlos .Es ese momento presente
que puedes liberarte de su agobio.
Más liviano, ahora tienes espacio
para que Dios te ayude. Deja todo en sus
manos, confía, suelta, el conoce todo tu dolor, tus temores y lucha. El puede
resolverlo. Descansa .Ahora están juntos en esto, vos, tu niño y su creador.
Ahora, entrégale a tu niño tu esperanza
y la fuerza poderosa de tu amor infinito.
Confía, disfruta y suelta,
que la solución correcta y perfecta para tu niño la tiene su creador.
Mariana
de Anquin
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