viernes, 24 de noviembre de 2017

Hubo una vez una joven maestra...

 estaba llena de creatividad, entusiasmo, pasión por enseñar y amor por los niños.
 Vivía maravillada ante las preguntas y respuestas de los niños, quería ser una gran maestra  y estaba absolutamente presente, en todo momento.

...  creía que era una buena maestra, valiente, fuerte, y empática.

 Y ella realmente pensó que podía lograr grandes cosas en la educación, así que cada vez que estaba con sus niños seguía,  sus propias reglas, jugando su propio juego y liderando su proceso de enseñanza aprendizaje de manera amorosa,creativa,  original, y autentica.

Pero...
en la escuela, sus directores y colegas  le enseñaron a ser como todos los demás maestros. Completa registros, escribe actas, pega comunicados, escucha el timbre, forma fila, califica, corrige, siéntalos mirando el pizarrón, escribe para que copien, habla para que escuchen  y  no hagas mucho ruido.
Ella sofoco su creatividad, su entusiasmo y empatía  por el bien de encajar. Reprimió sus sueños más profundos. En su cabeza retumbaban las mismas palabras una y otra vez “Nunca cambiaras nada en el sistema educativo, así que sigue las resoluciones vigentes y conviértete en una maestra normal, común y corriente.”

... en casa, sus familiares y amigos  le dijeron que siguiera las reglas para no agotarse y frustrarse. “No queremos verte tan cansada. Nada podrás cambiar”, le dijeron una y otra vez .También le recalcaron “Que encajara en el sistema educativo”
      Así  que se puso una falsa máscara de  “maestra común” mientras caminaba hacia la escuela. "Deja de soñar con utopías ", le dijo un viejo profesor, "se realista, practica  y común”.

  Y entonces...
 apago su pasión , olvido las rondas, escondió su sueño de enseñar de otra manera, De a poco dejo de abrir ventanas, de salir del aula, de tirarse al piso, investigar y crear junto a sus niños .Olvido las  risas, los colores y la música .Guardo las aventuras dentro de los cuentos y con ellas se fueron toda la fantasía y la magia escondida. Camino, hablo y se vistió como se vestían sus compañeras .Olvido ponerse sus locos sombreros, y sus prendedores de peluches. Sus títeres se llenaron de polvo, junto a los experimentos  y afiches.

 la joven maestra…
  comenzó a olvidar quién realmente era. Una increíble maestra, con grandes poderes y grandes ambiciones. Una gran  maestra, que protegía el amor por enseñar y la autenticidad de cada niño .Una extraordinaria maestra que amaba enseñar  diferente.

... ella fue a la escuela. 
Enseño como una maestra común .Trabajo  muchos años. Consiguió nuevos cargos  .Se caso .Tuvo niños. Compró una casa común  en una calle común  y comió comida común y tuvo amigos comunes y pensó pensamientos comunes y  ganó dinero común y tuvo rutinas comunes y vivió una vida común.

...porque

 olvidó que era una “Gran Maestra”, una maestra extraordinaria, una maestra que era capaz de cambiar al sistema educativo .Ella era un gigante del aprendizaje.
Pero lo olvido.


Naciste con una misión. Tienes una profunda pasión dentro de ti, Realmente has sido hecho para hacer eso que tanto entusiasmo y satisfacción te da.

... los sueños que tienes en lo profundo de tu corazón se pueden hacer reales. Puedes vivir el resto de tu vida de la forma en que alguna vez esperabas poder .No los ahogues .Síguelos. Saca tu gigante y enseña como la gran maestra que eres.

                                                                 Para mis queridos alumnos del                                                             Profesorado de Ingles,Biología  y                                                                de Educación Primaria . 
                                                             
                               Con gran amor y gratitud por los encuentros                                                  compartidos.
                                                                       Mariana de Anquin




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