¿Cómo desatar esos nudos ?
Algunos niños atraviesan en su proceso de
aprendizaje etapas donde todo parece costarles mucho esfuerzo. Donde los
aprendizajes más básicos parecen atascados. La mente se fatiga, la
memoria olvida, la atención divaga, las ideas no aparecen, la capacidad de comprensión
merma, las emociones se encapsulan y aparece un gran nudo en el
aprendizaje.
Este nudo es emocional y mental. Esta
tan apretada su mente que no puede fluir .Las reservas
cognitivas funcionan en mínimo. Las emociones envueltas en ese nudo
acumulan toda su energía impidiendo su expresión.
Y un día para tus sorpresas
notas que el proceso de aprendizaje avanza deprisa. El nudo se soltó .No
sabes porque sucede esto.Lo celebras, te alegras y
vuelves a recuperar tu entusiasmo.
¿Quieres saber porque sucedió esto? Por qué decidiste ablandarte, ser
más amable con el niño y su dificultad. Decidiste contar sus bendiciones
y aciertos, en vez de contabilizar sus errores y faltas. Decidiste
enseñar sin juzgar. Cambiaste tu interpretación de la situación .Ya no sientes
pena por el niño ni enojo. Emociones que coartaban tu repertorio de
estrategias.
Muchas veces un pequeño cambio en tu manera de mirar, hablar o tocar la
vida de ese niño puede generar una catarata de cambios que traen como resultado
un círculo virtuoso de aprendizajes. El que enseña vuelve a aprender. Todos los
nudos se deshacen cuando eliges aceptar, comprender y acompañar . Cuando lo
haces acaricias esa parte profunda de los niños donde se sienten frágiles y
vulnerables. Los fortaleces.
Desatas sus nudos cuando los esperas
porque tienes la profunda convicción que van a llegar a la meta. Entonces los
animas porque sabes que el aliento y apoyo de un maestro tienen una fuerza
arrolladora en el esfuerzo de los niños.
Para seguir desanudando prueba
envolver tus palabras en “tú puedes” y en “yo quiero ayudarte”. Quita los
“Deberías” de tu vocabulario. Ya comprobaste más de una vez que
cuando los usas empeoras el rendimiento de los niños. Cuando dices “tu
puedes y yo estoy contigo para mostrarte cómo” estas aflojando el
nudo. Ahí en ese momento le estas dando una señal clara y correcta de cómo
poner en marcha su potencial. Le muestras el camino, lo llenas de señales para
guiarlo y acompañarlo. Bajas la presión y elevas el apoyo.
Y si quieres
aflojar más el nudo, cambias tu aspecto .El niño te mira todo el
tiempo. Eres su referente. Tú rostro refleja tus creencias acerca de su
capacidad. Prueba expandir tu frente, separar tus cejas y
sonríe mucho más. Tu sonrisa, tu rostro calmo contagian ilusión
y alejan la inútil preocupación. Cada vez que veas al niño
preocupado sonríele. Enciende su música preferida, pon un aroma
relajante, regala un abrazo, invítalo a mover su cuerpo, a saltar como
canguros, a bailar como locos, a tomar mucha agua. Recuerda que un cerebro bien
hidratado es una mente atenta y positiva.
Si haces algo que funciona, hazlo
más y más y, si no funciona, necesitas hacer algo diferente. ¿Qué? Estar cerca .Acercarte
más, mirar a los ojos, escuchar y envolver tus palabras, miradas y la forma de
tocar la vida de ese niño en esperanza y amabilidad.
Mariana de Anquin
Lic.en Psicopedagogia
Prof. Nivel Inicial-Primario-Universitario
Autora de "Niños Brillantes¡¡¡ Todos lo son !!Editorial Dunken
Co-autora de "Aprendizajes Amigables al Corazòn"Editorial Dunken
excelente!!
ResponderEliminarLlegar al corazón de los niños, es la clave. Sin emoción no hay aprendizaje.
ResponderEliminarExcelente material compartido. Gracias!
Hermoso!!
ResponderEliminar