Educar niños para que sean auto-suficientes es enseñarles que pedir ayuda es un acto de debilidad y no una muestra de fortaleza.
Son demasiados los niños
a los que les han exigido ser
auto-suficientes .No pueden pedir ayuda porque les han enseñado que hacerlo es
una muestra de debilidad e incompetencia. En lugar de pedirles que hagan todo
solos y luego enojarnos porque no lo consiguen, enseñemos a pedir ayuda. En
realidad es una muestra de fortaleza
pedir ayuda cuando se la
necesita.
La pedagogía amorosa nos recuerda que nunca nos pueden
faltar oportunidades para hacer sentir a un niño que es capaz. Y esto es muy distinto a pedirle a un niño que
sea auto-suficiente. Nadie es auto-suficiente. Somos seres sociales y gracias al
trabajo con y junto a otro hemos podido sobrevivir como especie. Lo natural es
solicitar ayuda y colaborar con otros. El emblema de la “educación para la autosuficiencia”,
generó que muchos niños frente a un
nuevo desafío fracasen, no por carencia de recursos sino por falta de apoyo y guía
para realizar la nueva tarea.
Esto lleva a los niños a tener una idea muy limitada de su
capacidad y que no es real. Por tanto ante nuevos retos en lugar de intentar
enfrentarlos, lo que hacen es retraerse no por lo que son , sino por la idea
que han construido de lo que son :“si no
puedo hacerlo solo, no sirve, no vale, no soy capaz” Así envueltos en el miedo
que siente toda persona que no es consciente
de sus verdaderas capacidades , se acercan a los aprendizajes asustados.
Eduquemos niños que se animan a pedir ayuda, y también
disfrutan de ofrecer su ayuda. Pedir ayuda a otros es sentir que no estamos
solos, y que entre todos podemos ayudarnos. Para aprender esta lección los
niños necesitan ver adultos que piden ayuda, y no adultos que se sacrifican
constantemente con tal de poder hacerlo
solos.
Son
demasiados los adultos que han aprendido a mostrarse auto-suficientes porque no se atreven a pedir ayuda por temor
a molestar a otros o por ser
considerados incapaces .Estos adultos aprendieron la lección al revés. Cuando
estamos atascados en alguna situación, pedir ayuda es un acto de amor hacia
nosotros mismos. Necesitan recordar
que nadie les va a quitar amor por no
hacerlo solos.
Enseñemos a los niños a dar su mayor esfuerzo en lo que
hacen, y solicitar ayuda cuando la necesitan.
Si ofrecemos tiempo, practica
y apoyo a los niños , seguro llegara el momento en que ellos pedirán para hacerlo solos, ya que su autoestima también
creció con cada pequeño reto que con ayuda logro. Eduquemos niños que se sientan capaces.
con amor
Mariana de Anquin.
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